San Bernardo de Claraval: el abad que revitalizó el monacato

San Bernardo de Claraval es, sin duda, uno de los grandes pilares de la espiritualidad cristiana medieval. Nacido en 1090 en el seno de una familia noble de Borgoña (Francia), su viaje desde la comodidad familiar hasta la austeridad del desierto cisterciense marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia. Cada 20 de agosto, la Iglesia conmemora su memoria litúrgica, recordando su valentía para fundar monasterios, su influencia como consejero de papas y reyes, y su legado de oración y caridad. En este artículo descubrirás su biografía, la fecha exacta de su fiesta, las principales tradiciones, la oración más popular, curiosidades fascinantes y sugerencias para honrar a San Bernardo de Claraval en tu comunidad.


Orígenes y llamada al monacato

Juan Bernardo de Fontaine nació en una familia acomodada el 1090. La fama de su linaje pasó pronto a un segundo plano cuando, a los veinte años, sintió un llamado interior que lo impulsó a abandonar la corte y la vida mundana. En 1112 ingresó al recién fundado monasterio de Cîteaux, donde San Roberto de Molesmes y otros monjes buscaban volver a la pureza de la Regla de San Benito. Fue allí donde adoptó el nombre de Bernardo, iniciando una vida de oración, ayuno y trabajo manual. Su espíritu apasionado y su talento para la enseñanza lo convirtieron en discípulo predilecto del abad Étienne Harding.


Fundación de Claraval y expansión cisterciense

En 1115, apenas tres años después de su entrada en Cîteaux, San Bernardo de Claraval recibió autorización para fundar un nuevo monasterio en el valle de Claraval (Clairvaux). Con apenas doce compañeros, emprendió la tarea de levantar celdas, iglesia y huertos en un entorno agreste. Bajo su dirección, el monasterio creció rápidamente, gracias a la fama de santidad de Bernardo y a su carisma para atraer postulantes. En pocas décadas, Clairvaux dio origen a más de 300 filiales distribuidas por toda Europa, convirtiendo a la orden cisterciense en referencia de reforma eclesial, austeridad y trabajo contemplativo.


¿Cuándo se celebra? El 20 de agosto

La fiesta de San Bernardo de Claraval tiene lugar cada 20 de agosto, día en que la Iglesia celebra su tránsito al cielo en 1153. En el calendario litúrgico aparece como memoria opcional en la Iglesia universal, pero es solemnidad para los cistercienses y filiales de la orden. Ese día, numerosos conventos y parroquias organizan misas solemnes con lecturas extraídas de sus sermones y cartas, que destacan su amor por el Corazón de Jesús y su defensa de la Virgen María como Madre de la Iglesia.


Tradiciones para honrarlo

  1. Lectura de sermones bernardinos. En muchos monasterios, se elige un sermón breve de San Bernardo de Claraval para meditar en comunidad, rememorando su elocuencia y profundidad teológica.

  2. Procesiones monásticas. Algunas abadías cistercienses realizan procesiones en el claustro o por el jardín de clausura, portando una reliquia o imagen de San Bernardo.

  3. Jornada de trabajo manual. Siguiendo su lema “Ora et labora”, se dedica parte del día a tareas de jardinería, panadería o carpintería, en memoria de su espíritu de humildad.

  4. Cantos gregorianos en honor a María. San Bernardo fue gran propagador de la “Salve Regina”; por ello, el 20 de agosto se entona este himno mariano al final de la liturgia de las horas.


Oración a San Bernardo de Claraval

Rezar con devoción permite sentir de cerca al abad y doctor de la Iglesia. Puedes usar esta plegaria:

“Glorioso San Bernardo de Claraval,
maestro de oración y guía de almas,
intercede por nosotros ante el trono de Dios.
Ayúdanos a cultivar el silencio interior,
a amar la Palabra y respetar la creación.
Que tu ejemplo de humildad y valentía
nos inspire a seguir al Señor con fidelidad.
Amén.”

Incluye tu petición personal y concluye con un “Gloria” para cerrar la oración.


Legado intelectual y espiritual

San Bernardo de Claraval fue autor de más de 350 sermones y 200 cartas, muchas de las cuales conservan su frescura y profundidad. Sus escritos sobre la Virgen María (como el “Marialis cultus”) sentaron las bases de la mariología medieval. Además, su “Tratado sobre el amor de Dios” es un clásico de la espiritualidad contemplativa. Como consejero de papas (Inocencio II y Eugenio III) y de reyes (Alfonso VII de Castilla, Luis VII de Francia), influyó decisivamente en la política eclesial de la época, defendiendo la reforma gregoriana y la primacía papal.


Curiosidades sobre San Bernardo de Claraval

  • El “Lobo de Gubbio”. Según la leyenda, Bernardo amansó un lobo feroz que atacaba a los habitantes del pueblo, simbolizando el poder de la fe para domesticar lo salvaje.

  • Doctor Melifluo. Fue nombrado “Doctor mellifluus” (delicia de Dios) por la dulce elocuencia de su enseñanza.

  • Patrón de viticultores. En Saboya se le invoca para bendecir las viñas, recordando que los monjes cistercienses perfeccionaron técnicas de cultivo.

  • Consejero mariológico. Sus reflexiones ayudaron a definir dogmas marianos posteriores, como la Asunción de María.


Cómo honrar a San Bernardo de Claraval en tu comunidad

  • Organiza un ciclo de lecturas con fragmentos de sus sermones sobre la Eucaristía o la Virgen.

  • Promueve talleres de estabilidad en parroquias, inspirados en su ideal de compromiso monástico y fidelidad.

  • Celebra la Salve Regina al final de la misa del 20 de agosto, cantándola en procesión.

  • Difunde su legado en redes sociales usando el hashtag #SanBernardoDeClaraval, compartiendo citas de sus escritos.

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