San Cleofás es uno de los discípulos que, tras la Resurrección, reconocieron a Jesús al partir el pan en el camino de Emaús. Su relato nos invita a valorar el encuentro con el Resucitado en nuestra vida diaria. Este artículo explora su historia, el día en que la Iglesia lo conmemora, las costumbres asociadas y su huella espiritual en la tradición cristiana.
Orígenes y contexto bíblico
Según el Evangelio de Lucas, Cleofás caminaba junto a otro discípulo hacia Emaús, pocos días después de la Pasión de Cristo. En el trayecto, Jesús se les unió sin ser reconocido y les explicó las Escrituras, haciéndoles arder el corazón con su palabra. Solo al partir el pan, Cleofás comprendió que se trataba del Maestro resucitado
Poco se sabe de sus primeros años, pero la tradición lo identifica como un judío devoto de Galilea, familiarizado con la ley y las profecías mesiánicas. Su experiencia en Emaús marcó el inicio de su testimonio público, convirtiéndolo en protagonista de uno de los pasajes más emotivos del Nuevo Testamento.
Fecha de celebración: 25 de septiembre
La Iglesia Católica conmemora a San Cleofás cada 25 de septiembre, día en que se recuerda su encuentro con el Resucitado y su testimonio valiente de fe En el santoral, esta fecha se reserva para honrar también a otros discípulos que, como Cleofás, propagaron el mensaje de la Resurrección.
En muchos calendarios litúrgicos aparece junto a las santas mujeres del camino de Emaús, reforzando la importancia de la comunidad cristiana en el anuncio del Evangelio. Celebrar su onomástica es, por tanto, renovar nuestro compromiso de reconocer a Cristo en los hermanos.
Tradiciones y liturgia
En parroquias de todo el mundo, la festividad de San Cleofás incluye:
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Misa solemne con lectura del pasaje de Emaús y homilía dedicada a la revelación del Resucitado.
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Procesiones con una imagen o icono de los discípulos de Emaús.
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Oración comunitaria que invita a “arder el corazón” en la escucha de la Palabra de Dios.
En algunos lugares, tras la misa, los fieles comparten un pan bendecido para recrear simbólicamente el gesto de Cleofás y su compañero Mission Spazio Spadoni.
Iconografía y símbolos
La representación de San Cleofás en el arte cristiano suele incluir:
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Pan partido: alusión directa a su reconocimiento de Jesús al partir el pan.
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Pergamino o libro: simboliza la explicación de las Escrituras que Jesús ofreció en el camino .
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Bastón de peregrino: recuerda su trayecto con los pies cansados, transformado en testimonio de esperanza.
Estas imágenes aparecen tanto en retablos renacentistas como en iconos ortodoxos, mostrando la universalidad de su historia.
Legado espiritual
El mensaje central de San Cleofás es el valor del encuentro personal con Cristo. Sus enseñanzas inspiran a:
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Catequistas que buscan formas de hacer “arder el corazón” al hablar de la Palabra.
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Peregrinos que evocan el camino de Emaús en sus propios trayectos de fe.
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Comunidades que celebran el pan como signo de comunión y testimonio.
Varias comunidades parroquiales han fundado grupos de “Camino de Emaús” para meditar el evangelio en tertulias y compartir la experiencia de fe inspirada por Cleofás.
Curiosidades sobre San Cleofás
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En la localidad de Vera (Almería) San Cleofás es patrón, y sus fiestas patronales duran cuatro días, del 22 al 25 de septiembre, con corridas, conciertos y procesiones
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La devoción a Cleofás se fusiona en la tradición popular con historias de manantiales milagrosos en lugares de paso de peregrinos.
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Aunque a veces se le confunde con el apóstol Cleofás o Clopas, la mayoría de los expertos coincide en que se trata del mismo personaje que compartió mesa y camino con el Señor.
Cómo celebrar el 25 de septiembre
Para honrar a San Cleofás en su día, puedes:
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Leer en comunidad Lucas 24, donde se narra el encuentro en Emaús.
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Compartir una pequeña cena con amigos o familia y partir el pan juntos, recordando al Resucitado.
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Participar en la Eucaristía de tu parroquia, prestando especial atención al rito de la fracción del pan.
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Realizar una obra de caridad, imitando el corazón generoso de Cleofás que acogió al Señor en su hogar.
Con estos gestos, mantendrás viva la memoria de San Cleofás y renovarás tu propia experiencia de fe.