Cada 20 de julio la Iglesia Católica honra la memoria de San Apolinar de Clase, primer obispo de Rávena y mártir reconocido por su fe inquebrantable. Desde su llegada a Italia bajo el amparo de San Pedro hasta su martirio cerca de la antigua ciudad portuaria de Classe, este santo ha inspirado a generaciones con su valentía y caridad. En este artículo, exploraremos su biografía, el contexto histórico de su martirio, su iconografía y las formas de celebrar su fiesta hoy en día, todo con un estilo claro y accesible para que tanto fieles como curiosos obtengan una visión completa y amena.
1. Orígenes y formación apostólica
Según la tradición más antigua, Apolinar habría nacido en Antioquía (actual Turquía) en el siglo II, siendo discípulo directo de San Pedro. Más tarde, éste lo habría enviado al norte de Italia como embajador de la fe.
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Discípulo de San Pedro: Se cuenta que acompañó al Apóstol en su misión en Roma.
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Consagración episcopal: Recibió el don del episcopado para pastorear a los nuevos cristianos de Rávena.
De este modo, San Apolinar de Clase se consolidó como un vínculo vivo entre la primera generación apostólica y la naciente Iglesia de Occidente.
2. Ministerio y martirio en Rávena y Clase
Durante aproximadamente veinte años, Apolinar predicó el Evangelio en Rávena y sus alrededores. Sin embargo, el ascenso de las persecuciones bajo el emperador Vespasiano obligó al obispo a enfrentarse a fuertes oposiciones.
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Primer destierro: Por proclamar públicamente su fe, fue exiliado hacia Dalmacia.
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Regreso a su sede: A pesar de los riesgos, regresó tres veces a Rávena para cuidar de sus fieles.
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Martirio junto a la vía Flaminia: Finalmente, la tradición señala que murió mártir el 23 de julio cerca de la Iglesia de Classe, celebrándose litúrgicamente su memoria el 20 de julio
Así, el testimonio de San Apolinar de Clase se convirtió en un símbolo de fidelidad y de amor pastoral.
3. Iconografía y patronazgo
En el arte sacro, a menudo se representa a San Apolinar de Clase con los siguientes atributos:
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Atuendo episcopal y palio, señal de su dignidad.
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Palma del martirio, en recuerdo de su sacrificio.
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A veces, con una barca, aludiendo a su naufragio y destierro.
Además, es considerado patrón de Rávena y de diversas diócesis de Emilia-Romagna. Se le invoca especialmente contra:
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La gota y dolencias reumáticas.
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La epilepsia y trastornos nerviosos.
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Problemas venéreos.
4. La Basílica de Sant’Apollinare in Classe
Muy cerca de Rávena, en el antiguo puerto de Classe, se alza la majestuosa Basílica de Sant’Apollinare in Classe, consagrada en el año 549 por el arzobispo Maximiano.
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Mosaicos paleocristianos: Destacan el abside con la figura del santo en actitud orante.
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Patrimonio de la Humanidad: Forma parte de los Monumentos Paleocristianos de Rávena desde 1996-.
Visitar este conjunto arquitectónico permite a los peregrinos y turistas revivir el ambiente en que vivió y murió San Apolinar de Clase, uniendo historia y espiritualidad.
5. Celebración de la fiesta litúrgica
La fiesta de San Apolinar de Clase se conmemora el 20 de julio en el calendario litúrgico. Para vivirla de forma significativa, muchas parroquias siguen esta pauta:
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Eucaristía solemne con lecturas del martirologio.
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Procesión por las calles del casco antiguo.
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Actividades culturales, como conferencias o exposiciones sobre su vida.
Asimismo, en Rávena y Classe se organizan conciertos de música sacra y ferias gastronómicas que combinan tradición local con espiritualidad.
6. Legado y devoción actual
A día de hoy, el culto a San Apolinar de Clase sigue vivo en Italia y otras regiones del mundo. Algunas iniciativas de conexión con su figura incluyen:
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Novena online, disponible en varias plataformas digitales.
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Grupos de oración que meditan su martirio y ejemplo de pastor.
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Publicaciones académicas que profundizan en los textos patrísticos que lo mencionan.
De esta manera, la memoria del santo perdura y documenta la fuerza del mensaje cristiano en el siglo II.