San Juan de Capistrano (1386–1456) es uno de los santos más singulares de la Orden Franciscana y de la Iglesia Universal. Su fama de predicador apasionado y su papel decisivo en la defensa de Europa contra la invasión otomana le han granjeado un legado de valentía y fe. En este artículo descubrirás quién fue san Juan de Capistrano, sus principales milagros, sus aportes a la vida religiosa y cultural, y cómo y cuándo celebramos su memoria.
Quién fue san Juan de Capistrano
Holzmann de Hungary, más conocido como san Juan de Capistrano, nació en 1386 en Capestrano (Abruzos, Italia). Proveniente de una familia de juristas, ingresó en 1403 a la Orden de los Hermanos Menores como novicio, adoptando el nombre de Juan. Estudió Derecho en Perugia, donde destacó por su caridad hacia los pobres y su sed de conocimiento teológico.
Su formación combinó el rigor científico con la mística franciscana. Desde joven sintió una vocación ardiente por predicar el Evangelio, lo que le llevó a dedicar largas jornadas al estudio de las Escrituras y al acompañamiento espiritual de religiosas y laicos.
El gran predicador de Europa
La voz de san Juan de Capistrano estremeció plazas y catedrales. En 1420, tras ser ordenado sacerdote, inició una serie de misiones populares por Italia, Francia, Alemania, Hungría y Bohemia. Su estilo se caracterizaba por:
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Lenguaje claro y sencillo, capaz de llegar a analfabetos y nobles por igual.
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Apelación al corazón, mezclando historias, doctrina y anécdotas que mantenían la atención.
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Exhortaciones prácticas, invitando a la confesión frecuente y a la caridad con los más necesitados.
Su fama creció tanto que, en 1454, el papa Nicolás V lo envió a predicar contra las herejías husitas en Bohemia. Allí logró reconducir a centenares de seguidores al seno de la Iglesia, demostrando su zarpazo espiritual y diplomático.
Defensa de Belgrado: un episodio extraordinario
El momento más épico de la vida de san Juan de Capistrano tuvo lugar en 1456, durante el sitio de Belgrado (Hungría). Con la ciudad asediada por el ejército otomano de Mehmed II, Juan reunió a campesinos, estudiantes y frailes para reforzar la moral de los defensores.
Aunque no era militar, su prédica encendió el valor de los sitiados. Invocando al cielo y alentando con cánticos y oraciones, inspiró una resistencia feroz que, junto al mando del capitán János Hunyadi, derrotó a los otomanos. La victoria evitó la caída de Europa central y consolidó la fama de san Juan de Capistrano como defensor de la Cristiandad.
Milagros y virtudes heroicas
La santidad de san Juan de Capistrano se manifestó en múltiples milagros documentados:
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Reparo de animales: San Juan detuvo una epidemia que amenazaba al ganado repartido bendiciones y oraciones por granjas enteras.
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Lluvia milagrosa: Durante la sequía en Perugia, su invocación atrajo nubes que trajeron lluvia providencial.
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Curaciones repentinas: Enfermos graves sanaron tras pasar por su relicario o presenciar su prédica con fe.
Estos testimonios, recogidos por cronistas franciscanos, avalaron su proceso de beatificación en 1644 y su canonización en 1690 por el papa Alejandro VIII.
¿Cuándo se celebra san Juan de Capistrano?
La Iglesia conmemora a san Juan de Capistrano el 23 de octubre de cada año. Esa fecha recuerda su tránsito al cielo en Bélgrado tras la victoria frente a los otomanos en 1456. En este día:
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Se celebran misas solemnes en iglesias franciscanas de todo el mundo.
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Se proclaman pasajes de su predicación, destacando su llamamiento a la defensa de la fe.
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Se organizan procesiones con su imagen, invitando a meditar su legado misionero.
En Capestrano (Italia) y en Belgrado (Serbia) tienen lugar actos especiales: conferencias históricas, recreaciones históricas del sitio y encuentros de fraternidad internacional.
Legado cultural y pastoral
El nombre de san Juan de Capistrano perdura en:
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Parroquias y conventos: decenas de templos en América, Europa y Asia llevan su advocación.
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Colegios y universidades: alumnados franciscanos y católicos rinden tributo a su pasión por la enseñanza y la fe.
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Pueblos y ciudades: varios asentamientos en EE. UU. adoptaron su nombre, especialmente en la costa oeste.
Su énfasis en la predicación itinerante ha inspirado movimientos misioneros y evangelizadores hasta nuestros días.
Iconografía y símbolos
En el arte sacro, san Juan de Capistrano aparece con el hábito gris franciscano, un libro (la Biblia) en la mano y, a veces, acompañado de una espada de fuego, simbolizando su misión de “luchar” con la Palabra de Dios. También se le representa en actitud de predica, con el brazo extendido, frente a multitudes.
Oraciones y devociones populares
Para honrar a san Juan de Capistrano, los fieles suelen rezar:
“Oh glorioso san Juan de Capistrano, predicador valiente y defensor de la fe, tú que supiste alentar corazones en la hora de la prueba, intercede por nosotros ante el Señor. Danos palabras de verdad y coraje para vivir el Evangelio con integridad. Amén.”
La novena comienza el 14 de octubre y culmina el 22, con lecturas de sus mejores sermones y peticiones por la unidad de los cristianos.
Curiosidades de san Juan de Capistrano
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Políglota autodidacta: dominaba latin, italiano, húngaro y diversos dialectos, lo que facilitó sus misiones.
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Sueño profético: la víspera del sitio de Belgrado, tuvo una visión de ángeles que prometían victoria.
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Apoyo papal: el papa Pío II lo nombró “Defensor de la Fe” y le confió misiones diplomáticas en Europa.
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Protector de viajeros: se le invoca para los desplazamientos, en recuerdo de sus numerosos viajes.
Cómo acercarse hoy a su ejemplo
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Participa el 23 de octubre en la misa de tu parroquia.
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Reza su novena para pedir valor ante dificultades.
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Estudia su vida a través de sus sermones, disponibles en línea en muchas bibliotecas franciscanas.
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Imita su caridad, ofreciendo tu tiempo a los más necesitados con espíritu fray.